Basket

Una sonrisa y piel de gallina recorren mi cuerpo cada vez que oigo ese sonido seco de las redes cuando la pelota entra limpia. Esa tensión cuando tiras y crees que va dentro pero de repente la pelota empieza a dar vueltas al rededor del aro y por un instante el tiempo va a cámara lenta. Segundos antes de que el árbitro pite el final del partido, tiras con toda seguridad, hasta que en ese tiempo que va a cámara lenta ya no estás tan segura de haber pensado una buena estrategia de tiro. Pero encestas, encestas y el final del partido está ahí. Parada justo en frente de la canasta te das cuenta de que todo ha ido más rápido de lo que esperas y la victoria es para tu equipo.

Alegrías, esperanzas, lágrimas, tensiones, emociones.. he vivido tantas cosas con esto..a lo mejor os parecerá absurdo; pero con un balón en las manos, me siento tan feliz como cuando era una niña..

Mi hermana mayor, mi pequeño corazón

Es increíble lo feliz que me siento en estos momentos, y sé que va a durar mucho. Podría decirse que lo tengo todo, pero sin tenerlo. Puede que diciendo esto me contradiga, pero no, sólo que si no me conoces bien, no me podrás entender. Ayer, estuve pensando en la palabra amistad y pude entender que significaba muchísimas cosas. Toda esa palabra contiene amor, alegrías, discusiones, tonterías, locuras, lágrimas.. una amistad verdadera tiene todo eso. Y yo, la tengo. Tengo esa palabra en el corazón, ya que durante 6 años la he podido vivir, sentir, disfrutar con la chica que me ha alegrado los días durante esos 6 años. Hemos cometido mil errores juntas y los seguiremos cometiendo. Ahora llevamos otra rutina, cada una distinta, con otras personas que nos escuchan día a día. Pero ahí es donde me doy cuenta que tú, mi mejor amiga, sigues ahí. Que te echo tanto de menos, que en mi día a día tengo que meter algo de mi pasado a mi futuro. Eres grande, hermana, muy grande..

Es imposible describir lo que has sido, eres y seguirás siendo para mí, ahora solo quiero que le sonrías a tu alma, pero conmigo.